El mayor verso descolgado fue descubrir que solo quedaba yo mirándonos de lejos.
Me has dejado en los huesos. Llueve en Madrid. Se rompe el cielo sobre mí. Sabe a Venecia la cama.
Duermes aquí. El verano se deshace. Cada día me roba un poco de ti. Y yo entre letras trato de atraparte.
No te me escapas. Verano en Madrid. Las ojeras de desganas. Dormíamos como gatos aprendiendo vivir.
La nevera tiritando. El hambre es de ti. Esta noche soy nosotros. Me miro en otros ojos. Él se mira en ti.
Catarsis de tu despedida. Fui atea al verte marchar. No quería creer que ya no me querías. Que de mi cama te vi escapar.
Suena Mayer mientras ignoro. No te voy escuchar. Me robaste la Luna de agosto. Ojalá te pudiese odiar.
Que se queme el solsticio de invierno. No quiero abrazarlo sin ti. Llora el cielo mi lamento. Me muero conmigo aquí.
Vértigo inocuo en las entrañas. No me quería enjaular. Corrí con el viento en mi pelo. Déjame regresar.
Me has dejado con lo puesto. Quema este frío sin ti. Me marcho con el mar en nuestro cielo. Contigo sobrevivo a un verano en Madrid.
Se rompió el cielo de verano en Madrid. Te abracé sin tocarte desde la retina de mi ventana.