Patricia Fernández 19 de noviembre de 2019 - Madrid
Las pisadas de Madrid delatan el ritmo de sus pasos. Su sinfonía, audaz, se reduce esta tarde de noviembre a las palabras de Jesús Segovia, más conocido como Xuso Jones. Nos citamos a las espaldas de la madrileña Gran Vía en el conocido Hotel Índigo a las seis de la tarde. Y, como antesala de un regalo atemporal, el encuentro se adelanta veinte minutos antes de lo previsto.
Xuso me recibe con una sonrisa y una taza de café que se ha quedado flaca. Mientras nos acomodamos en las sillas y yo le explico a mi invitado de qué quiero hablar hoy la ciudad se desdibuja a lo lejos como una trinchera donde descansan el mar, la libertad y el amor de Xuso Jones.
Xuso Jones saltó al mundo de la música hace nueve años, cuando apenas tenía 21 y, si algo le caracteriza, es su multidisciplinariedad. En el plano musical ha conseguido publicar en menos de una década dos álbumes (‘Part I’ y ‘Vuela’) y varios sencillos. Además, ha compaginado esta faceta con la participación en numerosos realitys televisivos como ‘Tu Cara me Suena’ o ‘MasterChef Celebrity’ y la publicación de su trilogía literaria (‘El amor empieza después del café’). Ahora, tras una breve pausa, está en Madrid promocionando su nuevo sencillo, ‘Mil Pasos’.

La fatiga que Xuso trata de esconder con su alegría sureña tras los días de promoción sin descanso se dibuja con timidez en los surcos de su mirada. La cafeína de su bebida es una metáfora de la vida que imprime el desparpajo de sus gestos. Abro mi libreta por la página donde reposan las preguntas de hoy. “Dispara”, espeta. Y comienza así una entrevista en la que el tiempo, ese amigo tan relativo y perspicaz, va a permitir que Xuso hable del camino hasta aquí y de sus, sino miles, cientos de pasos, caídas y levantadas. Todo ello sin dejarme descubrir a ciencia cierta cuál es el secreto tras los pasos de Xuso Jones.
“La libertad es hacer lo que tu corazón te diga sin sentirte oprimido. Quien te quiera ha de quererte con tu libertad”
Si soy totalmente franca, y me pierde serlo, le confieso a Xuso mi primera duda: “No sé cómo tratarte, si por Xuso o por Jesús”. Ríe, “hasta mi abuela me llama Xuso, solo unos pocos amigos me llaman Jesús”. De hecho afirma que “no hay diferencia entre uno y otro, no hay una línea que separe a Xuso de Jesús. Soy siempre el mismo. Fue algo que me propuse desde el principio, aunque cada uno tenemos nuestro rol en la vida”.
Rescato de esos principios de los que habla Xuso su primer sencillo, ‘Dime cuándo volverás’, un tema que publicó tras saltar a la fama diez años atrás y que parece una paradoja de su regreso a la música, a las promociones y a esta capital que tan diferente se antoja de su querida Murcia.
“La verdad es que todo esto de las promociones y las entrevista se me había olvidado un poco, pero es cierto que estoy recibiendo mucho cariño de las personas. Tengo mucha energía y alegría para regresar a la música después de estos años centrado en el panorama televisivo. He dedicado este tiempo a preparar muy bien mi música, a componer tranquilo y a poder pensarlo todo”.
“Flota y hace todo para no caer
fluye la ciudad impulsada por sus pies
va dejando atrás sus sombras
se va alejando del pudo ser”.
‘Déjame ser’ – Xuso Jones
“En una de tus canciones de aquellos inicios, ‘Déjame ser’, pides que te dejen mostrar todas tus cartas, ¿has mostrado al mundo todo lo que tienes o aún nos queda por descubrir?”.“Aún me quedan cartas por enseñar y tengo muy claras cuáles son”. En ese momento Xuso guiña un ojo, interrumpe su frase y, consciente de que quiero que continúe, suelta una carcajada.

“Me quedan dos o tres ases por enseñar. A lo largo de estos diez años he tenido que aprender mucho, me he caído y me he levantado en todos los niveles de mi vida, de todo voy aprendiendo y adquiriendo seguridad. Al principio de entrar en la industria musical me dejaba llevar, era más joven, pero ahora soy más consciente de todo que cuando empecé con 21”.
“Mi madre ha sabido anclarme en mi propia vida. Después uno vuela, eres un pájaro”
En aquellos deseados 21 la vida de estudiante de Turismo de Xuso dio un giro de 360 grados cuando fue fichado por la discográfica ‘UNIVERSAL MUSIC’ para producir su primer álbum, ‘Part I’, en Los Ángeles (California, Estados Unidos). El joven recuerda aquellos tiempos con nostalgia: “Mi madre no se lo creía y estaba asustada, es normal. Pero me habían educado bien y, aunque me puedo equivocar, no soy un cabra loca. Incluso aún cuando viajo me pide el número de hotel y de vuelo. Me da la libertad, pero sabiendo donde estoy”.

Antes de que pueda disparar, como él dice, mi segunda pregunta sobre su canción ‘Soy lo que soy’, Xuso se adelanta: “Me acuerdo de esa canción, claro que me acuerdo, se la dediqué a mi madre”. El matiz de la conversación cambia de la manera en la que lo hace una persona cuando empieza a hablar de alguien por quien siente una adoración casi sagrada, casi secreta.
“Mi madre es la persona que ha estado siempre ahí. La llamo todos los días como mínimo dos veces para darle las buenas noches y los buenos días, aunque suene friki”. Me contagio de su sentimiento y contesto con picardía, “yo la llamo cuatro”. Xuso ríe,”si tú cuatro, entonces yo cinco. Es cierto, la quiero mucho y tenemos una gran complicidad”.
“Y ahora vuela
vuela que nadie frene tu libertad.
Fuiste sirena llena de simple arena
que envuelve tu mar.
Y ahora vuela
vuela con ganas de ver un nuevo lugar.
Se libre y vuela”.
‘Vuela’ – Xuso Jones
La madre de Xuso es de esas personas que hacen que el joven sea unidad, “lo más importante es la familia. Cuando le contaba a mi madre que iba a entrar en el programa ‘Tú cara me suena’ me respondía: “Muy bien, hijo”. Solo ha venido a un concierto en el Teatro Romea de Murcia. Ella se pone nerviosa al verme en directo, pero sabe que yo estoy bien y me llama siempre. Ahora que soy más mayor entiendo lo que mi madre estaba haciendo al darme mi espacio y libertad, por ello se lo agradezco. Para mí la libertad es hacer lo que tu corazón te diga sin sentirte oprimido, que puedas viajar, entrar y salir. Quien te quiera ha de quererte con tu libertad ”.
Es la paradoja de la vida: la persona que ha anclado a Xuso es la que le ha dado la mayor libertad. “Mi madre ha sabido anclarme en mi propia vida y eso es lo que tiene que hacer un padre y una madre. Después uno vuela, eres un pájaro. Ella nos educó, nos dio los consejos y el apoyo, pero no está para arreglar nuestros problemas”.
“Un paso, me voy para siempre.
Un paso fuerte
un paso hacia adelante.
Dos pasos, me voy sin mirarte
tan lejos pisé.
Dos pasos y ya te olvidé”.
‘Mil pasos’ – Xuso Jones
Esa educación de la que Xuso habla y esa libertad que sus padres le dieron se traduce en el largo camino que Xuso ha recorrido en menos de diez años. No sé si ha dado uno o cien pasos, pero su single, ‘Mil pasos’, tiene algo casi de metafísico que me hace comprender que Xuso no da puntada sin hilo. Sus primeras canciones las había escrito él y, sin embargo, ‘Mil Pasos’ es una reedición de la cantante francesa Soha (2007). “¿Por qué has elegido esta canción para regresar?”
“La escuché en una época que estaba un poco más… no sabría si decirte si triste, pero en el momento en que la escuché me encantó y pensé: “Algún día cantaré esta canción actualizada”. En estos tres años que han pasado desde aquel momento la idea de volver a la música me llamaba bastante, pero por una cosa u otra, como ‘Eurovisión’ o ‘MasterChef Celebrity’, al final pasaba el tiempo, la vida. Ahora era el momento indicado”.
Aquí la pregunta cae por su propio peso, Xuso se viste y se desviste cómodamente de su concepto de libertad y, pese a ser consciente de las dificultades ineludibles de este atributo, toda consigna suprema conlleva ciertas renuncias.
“Partiendo de tu definición de la “libertad”, ¿consideras que en estos tres años en los que tu vuelta a la música ha sido retrasada por los tiempos marcados por tu vida laboral has sido libre?”. «Sí, he retrasado mi vuelta porque he querido, entiendo que todo pasa por algo y si tengo que esperar un año para volver no pasa nada. La vida es más sencilla, son dos días. ¿Para qué vas a estar amargado?”.
En ese momento no puedo remediar espetar mi comentario que, cuasi salvaje, me delata: “Te dejas llevar mucho por tus emociones, ¿no?” Xuso sonríe, ”así es, soy así. No puedo evitarlo. Soy un salvaje. Cuando quiero algo lo quiero ya. Sigo mi camino y trato de no hacer nada malo a nadie”. Si sus palabras fuesen solo las palabras que aquí retrato esta última frase se podría malinterpretar, por ello estas deben ser respiradas con la simpatía y la gracia con la que Xuso las envuelve mientras las pronuncia y se sonríe. Y esta risa podría invadir la terraza, casi vacía, de no ser por nosotros y una fina lluvia que humedece el ambiente.
“La música es lo que a mí me llena y lo que llena el mundo. Es como volar. Nada me ha hecho sentir algo así”
Si nos quedáramos en silencio la caída de las gotas sería perceptible, como un eco sordo que nos aísla de la histeria de Madrid. Pero el silencio y la música son las dos caras de la moneda de la vida de Xuso, “la música es lo que a mí me llena y lo que llena el mundo. Es capaz de hacerte cambiar tu estado de ánimo y de mover los sentimientos de las personas. La música me acompaña siempre. Mientras cocino, me ducho… Escucho de todo y muy distinto, desde John Mayer a Justin Bieber, McFly, Nicki Minaj, Drake o The Beatles. No juzgo ningún estilo musical”.

Fue uno de esos grupos que Xuso menciona, ‘McFly’, quienes guiaron sus inicios musicales teñidos de una mirada inocente. “Cuando era pequeño y veía las películas de Disney había una en especial que aún guardo en mi casa y que contaba la historia del perro Goofy, quien tenía un hijo que era una superestrella de la música. Yo en mi diario solía escribir con diez años: “De mayor quiero ser una estrella”. Más tarde la vena musical me entró cuando descubrí a McFly, ahí empecé a trastear la guitarra y el piano y comencé a componer. Veía videos en YouTube de otros artistas e intentaba aprenderme sus canciones. Además, mi padre que también toca la guitarra me ayudaba. Seguía a otros artistas, hice mi canal de YouTube y ahí publiqué mi primera canción, ‘Dime cuándo volverás’”.
“¿Y el silencio?”. “El silencio me encanta, pero el silencio querido. Las mejores sensaciones que he tenido nunca han sido rodeado de música en un concierto, tanto si los doy yo como si los veo”. Y, como si recordara a ese pájaro que su madre le enseñó a ser, la unidad vuelve a Xuso, “la música es como volar, nada me ha hecho sentir así. Mueve los sentimientos de las personas, de ahí los fans”. Le interrumpo, “¿qué es un fan?”. Xuso se retracta, “prefiero llamarlo “seguidores”, pues son aquellas personas que te admiran por lo que haces”.
“Podrías llegar hasta el cielo desde aquí
estrellas por descubrir
mirando un mar de cristal
mientras apagas la luz
imaginar nuestro azul
de arena y sal”.
‘Mar de cristal’ – Xuso Jones
Lo cierto es que el frío corta y a mí se me ha olvidado la necesidad vital de abrigarme, no por descuido, sino por atención: “Perdóname un segundo, necesito ponerme la chaqueta”. Xuso sonríe: “¡Ay! Ya me has cortado el rollo” y con un gesto tan sencillo como humano desatiende el dramatismo y disuelve con una sonrisa el momento. Sin embargo, un lugar en el que el frío no cala tanto como en el secano Madrid es en Murcia, la tierra de Xuso. Ese espacio de la costa española que sabe a mar y que, intuyo, tiene un delicioso matiz de libertad en palabras de Xuso.

“El 80% de nuestro cuerpo es agua y mi cuerpo me pide mar. Me relaja, me da vida, el saber que no hay nada más. Cuando me siento frente a él y lo miro siento que no hay nada. Somos energía y el mar activa mi energía, me da paz. Eso no lo tiene Madrid, porque mires a donde mires en el horizonte solo ves edificios. Sin embargo, ir con mi coche conduciendo por Murcia y viendo el mar es para mí un lujo. Y, aunque puede sonar a paranoia, es mi paranoia. Yo me siento libre estando cerca del mar”.
Xuso confiesa que los siete años que vivió en Madrid “estuvieron bien”, pero que había “demasiado postureo” y que, por eso mismo, decidió priorizar, “prefiero venir a Madrid a trabajar y vivir pleno con mi gente. Mi tema, ‘Mar de cristal’, trata precisamente sobre eso. Un día que estaba en la playa recuerdo observar el mar y sentir que era un cristal que lo iluminaba todo. Empecé a componer y salió esa canción”.
En los últimos meses ese mar en el que Xuso se inspira, el Mar Menor (Murcia), está pasando una situación medioambiental crítica tras los estragos que el temporal (‘DANA’) que azotó España el pasado mes de octubre han dejado con un 80% de su flora y fauna muerta de forma masiva. El joven se ha hecho eco en sus redes sociales de la grave crisis que está atravesando su tierra, “¿consideras que el hecho de ser un personaje público lleva implícito el ser un altavoz que invite a otras personas a apoyar situaciones como la que vive el Mar Menor actualmente?”.
“Yo fui a la manifestación por el Mar Menor y lo colgué en mis redes sociales porque fue una propuesta personal. Es decir, a cada uno le debe salir de dentro acudir o no porque, si no, no es real. Protesto al igual que lo hace un fontanero o un abogado. Recuerdo que en la manifestación algunas personas se acercaban a mí para darme las gracias por ir y eso me chocaba porque no tenían que dármelas».
«Todos somos iguales y, por eso, yo les respondía: “No, gracias a ti. Soy como tú, ¿por qué no iba a venir? Estamos protestando por lo mismo, por eso te doy las gracias”. No lo visibilizo para que la gente se sume, sino como ciudadano que también se queja. Aunque es cierto que cuanta más gente lo haga mejor”.
Xuso hace una pequeña pausa y mira su taza de café ya vacía. El mismo brillo que brotaba de sus ojos cuando menciona a su madre aparece cuando su tierra, Murcia, sale en nuestra conversación.
“Cuando ocurrieron las inundaciones de Los Alcázares (Murcia) estuve dos días limpiando casas con mi pala junto al resto de los vecinos. No lo subí a mis redes, ¿para qué? ¿Cómo si fuera un político que se hace la foto y se marcha? No, yo lo hice porque sentía que tenía que ayudar a esas personas, pero no lo hice para que nadie me dijese lo bueno que soy. Estaba satisfecho con lo que yo había hecho”.
Mientras lo cuenta, rebusca en la galería de su móvil unas fotos en las que aparece limpiando las casas y las calles anegadas por el agua junto con otros voluntarios. Fotos que, por cierto, no han visto la luz.

Llegados a este punto del encuentro el Mar, la Libertad y el Amor parecen ser nombres propios conjuran en Xuso una trilogía casi tan perfecta como la que publicó hace tres años con ‘El amor empieza después del café’ y la historia que sus dos protagonistas, Pablo y Olivia, comparten en ‘Todas las mañanas contigo’ y ‘La distancia es un café’. Lo cierto es que en una sociedad guiada por la fugacidad de sus conductas el amor se disuelve de manera casi ficticia y el café parece un símbolo contrapuesto de la pausa y el sosiego que, contra todo pronóstico, es idiosincrásico a él.
“Quise títular así la trilogía porque el primer contacto entre dos personas muchas veces es con un café. Un café con el que hablan y se conocen o, incluso, con el que se despiden. Además, el protagonista de mi libro, Pablo, monta una empresa de cosmética de café exfoliante para el cuerpo que, en la realidad, existe y es mía. El hilo conductor es el café porque yo soy un fanático, me encanta el olor por las mañanas del café recién hecho. Entrar en una cafetería y que huela a esa bebida. Ese olor me recuerda al hogar”.
“La sociedad va rápida pero tú eliges tu velocidad. Si te sumas o no. No podemos escudarnos en la idea de rapidez. Somos libres para decidir”
Y, aunque Xuso rechazó ese yoísmo narcisista de verter sus vivencias en negro sobre blanco, la psique de las personas fluye de manera independiente y cuasi traicionera a través de sus producciones artísticas. Y la literatura de Xuso no iba a ser menos. “Más allá de la empresa cafetera, los personajes de Pablo y Olivia son creaciones de tu mente, ¿cuánto hay de la realidad consciente de Xuso Jones en la ficción inconsciente de sus libros?”.
“Hay mucho de mí en ambos personajes. Pablo es una persona muy emprendedora a la que le cuesta decir que no. No me gusta sentirme mal y huyo del conflicto, se podría decir que es de “ser pardillo”, pero la realidad es que muchas veces no saco mi carácter por la mala energía que se crea. Paulo tiene mucho de eso, muy “pardillico”, muy yo. Sin embargo, Olivia es más ficción”. “¿O más inconsciente?”, inquiero. “Quizás, quizás en Olivia haya algo de eso, esa parte de mí de otras relaciones que he tenido”.
En ese momento, el representante de Xuso, Miguel, se levanta inquieto de su silla, consulta su móvil y sale del cuarto, lo que me hace entender que dentro de la pausa de nuestro encuentro el tiempo lineal ha corrido más que nunca y, de nuevo, no ha esperado por nosotros.

“Es cierto que la sociedad va acelerada, pero también es el círculo en el que vive cada uno. Luego sales y te das cuenta de que la vida no es lo que pensabas, que cada uno vive su propia realidad. Madrid es muy acelerado, pero yo en Murcia vivo pausado y relajado. La sociedad va rápida, pero tú eliges tu velocidad. Si te sumas o no. Es tu elección, no nos podemos escudar en la idea de rapidez. Somos libres para decidir”.
“¿Y qué crees que es lo que frena…?” Xuso se adelanta, ha leído mis intenciones y yo me he dejado descifrar: “El miedo, siempre es el miedo. ¿Ibas por ahí, no? El “¿y si?” Eso y lo que te dice la gente. Hay que dejarse llevar por el corazón y lo que deseamos de verdad, pero siempre con cabeza. En la vida no todo sale a la primera, pero hay que seguir. Vaya, me estoy poniendo demasiado filosófico”.
Miguel ha vuelto visiblemente inquieto, “¿queréis tomar algo?” Xuso ha estado absorto en sus cavilaciones el suficiente tiempo como para no advertir la ausencia y da un pequeño brinco, se acomoda y se excusa, “la ciática”, mira a Miguel y bromea, “un Gin Tonic doble, por favor”. Por un momento, mínimo pero reconocible, considero la posibilidad de que la petición fuese seria. Pero nada más allá de a realidad, Xuso la disuelve con una carajada.
“Pura vida«
“¿Cuántas veces nos acostamos pensando que el mundo se nos cae encima? Y, sin embargo, al final te despiertas por la mañana”. Xuso se ruboriza tras terminar esta frase, pero la filosofía se delata en cada poro de este encuentro. Ha nacido en los cafés de los que Xuso habla, en su adorado Mar cuando es este el que le trae esa paz que tanto anhela y en ese Amor al que aspira libre. Por eso, en un momento de distracción, creo descubrir en la taza de café de mi invitado el famoso fresco de Miguel Ángel, ‘La creación de Adan’. Falsa alarma. La única verdad que nos invita en estos momentos es que el tiempo apura y ya no podemos dilatar más la entrevista porque otros compromisos esperan a Xuso.

Quedan menos de dos minutos para las siete. Ha pasado casi una hora y media. Xuso sonríe, “llevamos ya un rato hablando…”. Consulto mi cuaderno y me apresuro, esta vez soy yo hablando a través de la fugacidad, “terminamos rápido, debemos hacer las fotos. Xuso, después de estos mil pasos y de negarte a escribir un libro sobre ti, dame el titular del libro de tu vida. ¡Ah” Y tienes dos minutos”. El silencio impregna ahora el ambiente.
Xuso sonríe nervioso y, perspicaz, me devuelve la jugada, “haces preguntas muy intensas, ¿qué título le pondrías tú?”. Suspiro, él ríe y me descubre. Mi título me lo guardo para mí. Es Xuso Jones quien canta y habla del Mar y de la Libertad de una forma que invita a considerarlos como lugares para poder vivir. Respira, me mira y sentencia: “Pura vida”.
El marcador ha dado cero. La entrevista debe terminar. El mar queda lejos, la libertad es una utopía y el Amor que saborea Xuso Jones huele a café, pero la taza está vacía. No me ha desvelado cuáles son esos dos ases que al principio me contó que se guardaba, tampoco es necesario. Es la magia del Arte, lo que no dices pero sugieres. Y quizás sea ese el sabor que quiero que esta entrevista nos deje, la intensidad de un cortado.
“Recomiéndame un libro, por favor”. “Sin duda, ‘El Secreto’, es mi libro por excelencia desde que lo leí con 16 años, lo llevo tatuado en el antebrazo. Cuando lo leí pensé: ‘Este soy yo’”. Y con el secreto de Xuso Jones y los mil pasos que le han traído hasta aquí, despedimos esta entrevista entre sonrisas a las espaldas de la Gran Vía de Madrid.
Gracias, Xuso.