Las letras han sido mi punto de fuga, mi boca de escape, mi salto al vacío. No concibo una vida sin poesía, sin literatura. Existen muchas formas de hacer arte pero, sin duda, las letras son capaces de rozar el Alma hasta al más escéptico. Como demostró Charles Baudelaire en Las flores del mal (1857) la literatura también puede ser fotogénica y, por ende, el poeta fotógrafo, por ello mis textos llevan impresos su reflejo más visual, la fotografía.
